Cambio de hora y ahorro de energía: ¿una relación ganadora?

¿Cuál es la relación entre el cambio de hora y el ahorro de energía?

A menudo oímos que el cambio de hora se remonta a 1976. Esto es cierto. Pero también es falso. La idea de cambiar el tiempo es mucho más antigua. Ya se practicaba en la antigüedad romana, de forma ligeramente diferente; en aquella época, las horas se medían con relojes de arena, pero en invierno se utilizaban relojes más pequeños, ¡y por tanto las horas eran más cortas!

Se dice que la idea moderna del «cambio de hora» fue resucitada a principios del siglo XX por el político británico William Willett, que hizo campaña contra el «derroche de luz». En 1916, Alemania y el Reino Unido fueron los primeros países en cambiar oficialmente la hora dos veces al año. España siguió su ejemplo al igual que otros países occidentales poco a poco.

El objetivo, sin embargo, nunca ha cambiado: ahorrar energía, señala la empresa de placas solares Granada MLG Electrosolar. Los debates sobre la eficacia (real o supuesta) del cambio de hora tampoco han dejado de animar al público en general y a los expertos. Tanto es así que toda Europa hablaba de suprimir el cambio de hora en 2019, luego en 2021… pero las decisiones concretas siguen pendientes… Entonces, ¿en qué punto estamos realmente? ¿Fue una buena idea el cambio de hora? ¿Ha envejecido bien? ¡Estamos investigando!

Aprovechar el sol

La idea que subyace al cambio de hora es sencilla: hacer coincidir lo más posible las actividades humanas con los periodos de sol. Consumimos más energía cuando oscurece: encendemos las luces, por supuesto, pero también tendemos a subir la calefacción (mientras que nos acostumbramos al clima más fresco cuando dormimos bajo el edredón).

Así, cuando cambiamos al horario de verano, añadimos una hora al horario de invierno (que se considera «estándar»). Podemos decir que en verano, las 8 de la mañana corresponden a las 7 de la mañana en invierno. ¡Esto es bueno, porque en pleno verano el sol ya ha salido por lo menos una hora! Además, si el horario de invierno durara todo el año, el sol no se pondría a las 22:00 horas, sino a las 21:00 horas del día más largo (21 de junio); una pena, ¡nos hubiera gustado disfrutarlo un poco más!

Los objetivos secundarios

El cambio de hora se ha convertido rápidamente en una tradición en muchos países. Incluso hay quien le tiene apego: ¿quién no ha oído decir que es estupendo dormir una hora más la noche del cambio?

Es cierto que la luz es buena para nuestra moral. Pero también es bueno para nuestra seguridad. Este es uno de los beneficios secundarios del cambio de hora: evita ciertos accidentes (sobre todo de tráfico) e incluso ciertos delitos (los robos y asaltos son más frecuentes cuando está oscuro).

Cambio de hora y ahorro de energía: ¿qué resultados se obtienen?

Desde el principio, la eficacia de la medida fue controvertida… ¿Se hizo demasiado?… Ahorro real… pero marginal.

En 2017, el informe europeo EU summer time arrangements hizo un balance del ahorro real realizado. Los estudios muestran que las situaciones varían mucho de un país a otro, y que el ahorro de energía oscila entre el 0,5% y el 2,5%.

Según el informe, el ahorro de energía es mayor en los países del sur que en los del norte. Por razones geográficas obvias, los países del sur, como Grecia, se benefician más del horario de verano, ya que el sol se pone relativamente pronto. En cambio, en un país como Suecia, la duración del sol está más o menos desvinculada de la hora del día (en verano, el sol no se pone casi nunca; en invierno, por el contrario, es noche sin fin).

El problema es que el ahorro de energía que permite el horario de verano tiende a disminuir. Recientemente, la ADEME estimó que en España el ahorro anual era de sólo 300 GWh, es decir, alrededor del 0,07% del consumo total de electricidad del país.

De hecho, la luz ya no es un elemento energético tan importante como antes. Además, hay muchos sistemas, como los LED y las bombillas de bajo consumo, que han permitido optimizar el consumo de nuestra iluminación. Por último, otros aparatos de uso cotidiano (aparatos electrónicos, pantallas, aparatos de aire acondicionado) tienden a consumir cada vez más energía (lo que reduce automáticamente la cuota de la iluminación).

Por tanto, el cambio de hora ya no es tan relevante como antes… Tanto es así que los gobiernos hablan de suprimirlo… ¿Será realmente marzo de 2023 el último cambio de hora? Lo que se anunció probablemente no ocurrirá. La tradición continúa… quizás sin ninguna razón real.

En cualquier caso, si quieres ahorrar energía, hay soluciones más eficientes: ¡te damos muchos consejos para consumir menos electricidad y disfrutar más!