Alquilar un coche para dormir, comer y trabajar

No es fácil lograrlo en Japón. Literalmente. Hay una gran falta de espacio en las grandes ciudades. Tanto es así que algunas personas alquilan coches para hacer todo menos conducir.

Quizá haya oído hablar de la posibilidad en Japón de alquilar por unos minutos o unas horas un espacio no mucho mayor que una cabina telefónica en un Hotel Cápsula… Ahora también hay empresas de alquiler de coches y servicios de coche compartido. Un nuevo servicio nacido de la constatación de que algunos de sus coches no funcionan aunque sean alquilados, señala el concesionario de coches de segunda mano Madrid Crestanevada.

Una habitación para vivir

Times24, NTT Docomo, Orix… ofrecen tarifas muy atractivas. Alrededor de 400 yenes (unos 3,30 euros) para alquilar un coche durante media hora. Se trata de una tarifa ideal para una siesta de bajo coste, pero también para comer, trabajar, almacenar temporalmente o simplemente recargar el smartphone, un fenómeno que apareció en Japón en 2011 tras el tsunami que provocó el desastre de Fukushima. Si bien el problema del suelo en las grandes ciudades está en el centro de estos nuevos comportamientos, también podemos ver que para muchos japoneses el coche se asemeja fácilmente a una sala de estar… a pesar de todo.

Hay que recordar que en Japón, la tierra es un problema con múltiples facetas. En las grandes ciudades, simplemente no hay más espacio (y los precios son desorbitados), mientras que en las zonas rurales hay cada vez más terrenos abandonados cuyos propietarios (o herederos) son desconocidos. Esta situación da lugar a una gran cantidad de terrenos baldíos que suponen un obstáculo para los proyectos municipales o privados, como se explica en nippon.com.

En Europa también se duerme en el coche

Visto desde el otro lado del mundo, la situación de estos japoneses que duermen en un coche alquilado para la ocasión puede ser sonriente. También va en contra de los lugares comunes que podemos tener sobre los trabajadores japoneses, que son muy trabajadores, disciplinados, nunca se quejan y cuando están en huelga sólo se ponen un brazalete.

Esta historia no debe hacernos olvidar que en Europa también se duerme en el coche. No por elección, sino porque la combinación de bajos salarios, falta de vivienda y alquileres desorbitados obliga a veces a los empleados fijos a dormir en sus coches. El coche, un espacio vital para lo bueno y a veces para lo malo.